miércoles, 26 de noviembre de 2014


Preso en la máquina

El pescador introduce la ganancia en un callejón angosto
esta maquinaria no tiene hambre, pero necesita defecar
una pareja heterosexual para un niño
una joven que consagre su sexo al espíritu de la historia
y caminantes antes que paseantes.

Bajo su uniforme, te vas a encontrar con su mirada
y en ella hay una imagen:
 un niño que se cuelga
la toalla a la espalda
dispuesto a saltar desde la ventana.

Miro extrañado al operario
que conecta a su carne cables cortados
invocando a la noche
¿Será que aprecia el ruido tras sus orejas
el ritmo repetitivo del metal en su cerebro?

El pescador habla de la máquina y solo podemos imaginarla
temer que los cables cortados se queden doblemente  en el suelo
pero hay que juntar incredulidad para no creer en su palabra
palabra que terminó invocando solo sus sílabas

dando forma a los pescadores de hombres.

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